La naturaleza y la sabiduría
Los seres humanos formamos parte de una gran familia compuesta de amor y hecha con amor que en un origen era perfecta. Lamentablemente, las civilizaciones nos fuimos desviando y olvidando esta verdad, dejando sola a la naturaleza como representante de esa perfección.
Aun con los desequilibrios que hemos provocado en la naturaleza, ella ha logrado luchar para conservar su esencia. Pero ya hemos visto que está evidentemente debilitada y que requiere de nuestro apoyo y amor
La naturaleza es de vital importancia para nosotros, tanto para la evolución del cuerpo físico como para la del cuerpo espiritual, ya que es el principal alimento para nuestra alma.
Sin embargo, hemos perdido la mayor parte de la comunicación directa con ella debido a las diferentes formas de vivir que hemos adoptado. Con esto nos hemos alejado de lo que en un principio nos ayudaba a alcanzar un mejor desarrollo de nuestra existencia.
Una fuente de equilibrio
De acuerdo con las tradiciones antiguas, en un principio los seres humanos surgimos de la misma forma que lo hizo la naturaleza, en ese entonces compartíamos necesidades similares e incluso ambos teníamos los mismos requerimientos.
Pero al llevar nuestra evolución tras satisfactores diferentes, nos fuimos separando del camino en el que en un principio estábamos juntos, lo cual ha dado como resultado que hoy estemos más alejados que nunca de la naturaleza y de nuestra real esencia.
Tal desvío ha provocado que desconozcamos tantos aspectos de la naturaleza, nuestra hermana, la cual representa a todo lo que existe en la Tierra. Es hora de que busquemos reconocerla y nos acerquemos más a ella para juntarnos de nuevo en el mismo camino del cual partimos.
La naturaleza en estos momentos es en gran parte la encargada del equilibrio entre lo antinatural y lo natural. Pero, desgraciadamente, esa parte material, de la cual hemos dependido durante tanto tiempo, está superando a lo natural y esto podría ser un gran problema.
Recuperar esa sabiduría solo será posible si nos acercamos a la naturaleza, ya que ella aún conserva en mayor grado la sabiduría que le fue regalada. Ella tiene toda la sabiduría que nosotros ya perdimos
Esto no significa que lo natural esté peleado con el desarrollo, sino que para alcanzar nuestros adelantos hemos sacrificado a la misma naturaleza, a ella, que es la encargada de mantener el equilibrio.
Otro de nuestros errores es el crear inventos cada vez más alejados de lo natural y de lo sensible. El hecho de apartarnos de los verdaderos sentimientos de amor y de entrega hacia los demás, nos está causando mucho daño.
La única forma de recuperar el terreno que hemos destruido es acercándonos más a lo natural, dejando atrás el orgullo de pensar que la naturaleza es incompatible con la ciencia y que conectarnos con ella es un acto inferior a nuestro intelecto. Esta manera de concebirla es un error grandísimo.
¿Sabiduría o inteligencia?
Podríamos afirmar que hemos logrado avances maravillosos en los campos científicos, inventos para los cuales solo hemos requerido de nuestro intelecto. Estamos seguros de que la inteligencia es lo más importante, pero podemos comprobar que no es exactamente así.
Esa inteligencia, de la que tanto nos enorgullecemos, es en parte la que nos ha llevado a la destrucción de lo elemental, a la destrucción de la humanidad y nuestro entorno. En verdad que no necesitamos ese tipo de inteligencia, ya no nos sirve más pues cualquiera puede ver lo que nos ha dejado. Ahora lo que realmente requerimos es recurrir a la sabiduría que nos fue entregada desde el inicio de los tiempos y que nosotros erróneamente cambiamos por la inteligencia.
Recuperar esa sabiduría solo será posible si nos acercamos a la naturaleza, ya que ella aún conserva en mayor grado la sabiduría que le fue regalada. Ella tiene toda la sabiduría que nosotros ya perdimos.
El primer paso para lograrlo es volver atrás, regresar a lo más natural, sin miedo por pensar que retrocedemos en el camino, porque en realidad no es así.
De hecho, cuando decidamos hacer esto, avanzaremos muchísimo en nuestra sabiduría y en nuestro sendero de verdadera evolución. Porque en la naturaleza están las respuestas y el amor que tanto necesitamos para rescatar este mundo.