El poder de los cuarzos
Estos maravillosos seres son los minerales más evolucionados en energía porque están compuestos por los cuatro elementos, agua, tierra, fuego y aire, los cuales intervinieron para su creación, así que debemos de aprovecharlos.
Una de las misiones que los cristales cumplen es ayudarnos a activar nuestra energía, a percibirla, para que al despertar los centros del cuerpo físico obtengamos mayor visión de nuestros actos, sentimientos y pensamientos.
Cuando tomamos un cuarzo podemos hacer que su energía se conjugue con la nuestra, lo cual incluso ayudará para que nuestros sentidos mejoren.
Están muy vivos
Aunque parezca que se trata de un pedazo de roca, debemos saber que cada cristal es un ser vivo como nosotros. Y para comprobarlo, toma un cristal y ve en su interior. Quizá no identifiques una forma física o una cara como las que conocemos, sino algo muy distinto: Será más una sensación, un sentimiento.
En el momento en que sintamos algo diferente, quiere decir que nuestro ser interno ya se conectó con el cristal. Conscientemente no recordaremos esa comunicación, pero nos vamos a sentir como cuando platicamos mucho con alguien sobre lo que sentimos.
Esa conjunción de energías nos va a ayudar a liberar lo que tengamos acumulado en nuestro cuerpo por años, como frustraciones, pensamientos y dolor que hemos sentido desde la niñez, y nos activará la energía que tengamos estancada.
¿Cómo conseguirlos?
La mejor forma de hacernos de un cristal es encontrarlo en la naturaleza, en un bosque, por ejemplo. Si al caminar nos hallamos uno, quizá ese cuarzo haya salido de un lugar mágico, como del mundo de los cristales, y llegó hasta donde estás porque lo vas a necesitar.
Por eso es importante que cuando encontremos uno lo conservemos porque se tratará de un ser muy especial. Por lo general, todas las personas del planeta tendremos un momento en que nos toparemos con uno, porque de verdad son necesarios para nuestra existencia.
La segunda mejor manera de conseguir un cristal es que alguien nos lo regale. Si ha sido así, es porque nuestro ser se comunicó con esa persona sobre la necesidad de activar nuestra energía y de hallar algo que nos ayude a sentirnos mejor.
En cambio, no es tan bueno comprarlo porque de esa forma se le manda una energía más pesada, ya que al pagar para obtenerlo la energía del dinero impregnará el cristal y luego resultará más difícil quitarla.
Es imprescindible que el cuarzo que elijamos sea natural, que no sea pulido porque durante este tipo de procesos se les altera la energía y pierden gran parte de su naturaleza de paz y armonía, ya que para ellos es como una mutilación.
En cuanto a las drusas, se trata de un solo ser que cuando es dividido toma diferentes personalidades. Lo mismo pasa si se nos rompe un cristal, todas su partes de convertirán en diferentes seres. Podemos pensar que pierden fuerza, pero no es así, cada pieza adquiere una personalidad y energía propias.
La forma de limpiarlos...
Una vez que tengamos con nosotros un cristal de cuarzo, debemos entablar una comunicación, hablarle y darle la bienvenida, para luego limpiarlo siguiendo estos pasos:
1. Poner agua en un recipiente de cristal o barro.
2. Abrir los canales de las manos frotándolas entre sí.
3. Programar el agua colocando las palmas sobre el agua para hablarle a sus elementales y activar su energía diciendo:
"Hermanos, voy a poner un cristal para que me ayuden a purificarlo de energías que no le pertenezcan y que le puedan dar la energía de ustedes".
4. Poner el cristal en el recipiente y colocarlo donde le dé la luz del sol y de la luna. Si tenemos patio, lo ponemos en el centro del lugar y lo dejamos ahí toda la noche.
5. Sacarlo al siguiente día. Tomar el recipiente con el agua y vaciarla al tiempo que le damos las gracias por la limpieza y energetización.
Ahora nuestro cristal ya estará libre de cualquier energía ajena a él y podremos programarlo para lo que más sintamos necesidad.
Los cristales deben contar con un refugio o un sitio seguro donde nadie más los toque, lo mejor es conseguir uno engarzado que podamos traer siempre en una cadena. Si tenemos cuarzos sin engarzar, entonces los podemos poner dentro de una bolsita de tela (no de plástico ni de piel) de color rojo, negro o blanco, alternando cada siete días el color.
Atención, no tocar
Entre nuestros ancestros y los cristales siempre hubo una excelente relación, ya que decían que les habían dado parte de su alma. Esto ocurre desde el momento en que nos comunicamos con nuestro cristal y le entregamos nuestra energía, de tal forma que dentro del cristal están contenidas su energía y la tuya.
Los cristales deben contar con un refugio o un sitio seguro donde nadie más los toque, lo mejor es conseguir uno engarzado que podamos traer siempre en una cadena.
En el momento en que alguien toca tu cristal, esa comunicación se rompe y el cristal vuelve a "dormirse" porque recibió una energía desconocida que le nulifica toda la programación.
Como las personas pasamos el día entre las cargas positivas y negativas que nos llegan, como preocupaciones o frustraciones, nuestro cuerpo está ansioso de liberarse y al ver que algo como el cristal le ayuda a lograrlo, inmediatamente le soltará todo.
Además, cuando alguien toca tu cristal te pasa toda su vibración, y tampoco es recomendable para esa persona el hacerlo, porque deja parte de su energía dentro del cuarzo. Al momento de tocarlo, esa persona libera su carga negativa, y aunque se aleje, esa conexión queda, por lo que su energía seguirá fluyendo hacia el cristal y estará liberando energía extra de su cuerpo. Esta fuga de energía se manifestará como cansancio, mareos o dolor de cabeza que pueden durar dos días.
Si esto nos llega a pasar, debemos repetir el procedimiento de limpieza y programación.
Ofrecen múltiples ayudas
Existen una infinidad de usos para los cuales podemos aprovechar los cristales de cuarzo. Uno de los principales es como protección para que las energías negativas no nos dañen. También podemos programar alguno para atraer a nuestra alma gemela, para que nos ayude a encontrar nuestra misión, para despertar nuestros chacras y centros de energía, etcétera.
Incluso lo podemos programar para curación de males menores, como dolor de cabeza, en ese caso le podemos pedir que nos ayude a liberar la energía que tengamos estancada en el cuerpo.
También es posible usarlos ante cualquier situación negativa, por ejemplo, si tienes miedo, puedes agarrar tu cuarzo y pedir que te dé la energía necesaria para esa circunstancia, o igual si vas a un examen o entrevista de trabajo. Tu cuarzo te va a ayudar, porque absorbe las malas energías del momento en que estés para que no te afecten.
Eso sí, siempre debemos de sentirlo como un amigo que nos ayudará a activar nuestra energía, así que tenemos que pedir que nos dé la posición exacta para que logremos la conjunción él.
Por último, la mejor forma de tratar a cualquier ser es con tu corazón. Solo basta encontrar otra vez ese camino que ya teníamos al inicio de los tiempos, esa comunicación que será con todo lo que nos rodea y que será en nuestro beneficio.