La importancia de la honestidad
En la actualidad, estamos viviendo una pérdida de las virtudes básicas para la evolución humana.
De entre ellas una de las más importantes es, sin duda, la honestidad, virtud que es capaz de llevarte a la grandeza universal. El problema es que nuestra sociedad ha olvidado la importancia de inculcar las virtudes con las que nacemos como seres universales, y, por el contrario, ha promovido su pérdida en diferentes maneras.
La deshonestidad ha llegado al grado en que muchas personas tras mentir, se sienten conformes con que los demás no se enteren de su falta. Sin embargo, desconocen que el tema es precisamente comenzar por una o uno mismo, ya que somos la base y la raíz de las acciones que tomamos para construir nuestra vida.
Si no somos congruentes, desde nuestro pensamiento hasta nuestras acciones, TODO lo que cimentemos será hueco, sin la energía y la fuerza necesarias para alcanzar nuestras metas. Un triunfo basado en el engaño, en la falta de respeto, no puede ni debe considerarse como tal.
¿Basta con que no nos descubran?
Pero, ¿qué pasa cuando no somos personas honestas? Hablando en términos más profundos, desde el espectro universal espiritual, podemos enfatizar que TODO es energía. Nuestros pensamientos, nuestras acciones, lo que nos rodea, TODO, absolutamente TODO pertenece a una esencia que será positiva o negativa, dependiendo de su raíz y obedeciendo a la intención con la que se realice.
Por ejemplo, alguien que decide engañar a otra persona puede aparentemente sentir “felicidad” y “satisfacción” de haber logrado esconder su deshonestidad. El no ser descubierto y haber podido ocultar la verdad de sus acciones es un aparente “triunfo” que, de alguna manera, lo invitará a seguir cometiendo actos que quizá le den más “recompensas”, pero solo de manera parcial.
En la parte real de su ser, caer en la deshonestidad le provocará un profundo dolor, un gran conflicto al haber transformado su pureza energética en una energía oscura y densa.
En la parte real de su ser, caer en la deshonestidad le provocará un profundo dolor, un gran conflicto al haber transformado su pureza energética en una energía oscura y densa. Esa energía oscura poco a poco comenzará a afectar a su ser interno, a disminuir su fuerza, orientación y conexión con lo que verdaderamente es importante.
Graves efectos de la deshonestidad
La pérdida de honestidad y honorabilidad ocasiona que las personas desarrollen trastornos de personalidad, insensibilidad, falta de empatía, egoísmo y narcisismo. Esos estados se manifiestan con la poca satisfacción que experimentarán, aun con los aparentemente “máximos logros” alcanzados. Tal conflicto interno también puede derivar en depresión, ansiedad, miedo, irritabilidad, desánimo y tristeza, entre otros estados.
¿Por qué? Por la tortura que representa para el alma, para esa parte interna del ser humano, actuar de forma deshonesta y contraria a los principios básicos del universo. Porque solo la honestidad puede brindar alegría y felicidad a nuestra esencia física, mental y espiritual, al reconocer que lo que hacemos es en beneficio no solo propio, sino colectivo.
Es evidente que en estos tiempos la mentira es cada vez más frecuente. El honor de antaño ya es casi inexistente. Ahora, para un gran número de personas, estas son solo palabras sin significado, sin importancia. La gente está dispuesta a perder algo tan valioso como la dignidad y el honor, solamente para obtener un celular o algo menor. Es triste, pero es real.
Aún la podemos rescatar
En definitiva, mentir para ganar alguna cosa ridícula o aparentemente grande, y obtenerla gracias a esa capacidad para engañar o para confundir a los demás, nos alejará de toda posibilidad de evolución y de felicidad verdadera. Porque no somos solo este personaje que aparentamos, somos algo mucho más universal y valioso. Afortunadamente, no todo está perdido. Aún existimos seres humanos que reconocemos que existe un camino para convertirnos en una sociedad igualitaria y justa, y que el cambio puede comenzar en una persona.
En este caso, si tú, yo, y quien esté a nuestro lado, decidimos recuperar el amor, respeto, sabiduría, compasión, honestidad y todo aquel sentimiento que nos lleve a la luz y a la felicidad, podremos promover el inicio de la revolución que requerimos más que nunca en este planeta.
Necesitamos ser siempre un ejemplo para nosotros mismos, para nuestros hijos e hijas, para nuestra familia. Nosotros tenemos que iniciar con ese cambio, ser quienes les demos valor a las cosas que de verdad lo tienen. Es momento de que dejemos de apoyar aquello que sabemos que nos acerca a la superficialidad y nos convierte en una caricatura ridícula, en lugar de que hagamos brillar nuestra belleza universal.
La honestidad es una virtud indispensable para todo ser humano, es la clave para esta sociedad que comienza a pedir a gritos un cambio, que anhela la conformación de un mundo en donde la confianza sea algo natural, como lo fue en un momento pasado.