El manejo de la ira
El manejo de la ira Casi todas las personas hemos sentido molestia por algún hecho, pero al mismo tiempo no queremos manifestar emociones negativas para no dañar, entonces, ¿cuál es la mejor forma de desahogarnos?
Primero debemos recordar algo básico, pero muy importante, todo es energía y la energía tiene una forma, así que cualquier palabra, pensamiento o hecho tomará a su vez una forma.
Por ejemplo, cuando le decimos a alguien: "Te quiero mucho", inmediatamente estamos soltando una energía positiva, de amor, que va hasta donde están depositadas las demás manifestaciones de amor y toma una forma hermosa que ayudará a este planeta.
Pero lo mismo ocurrirá cuando mandemos una energía que no sea positiva, porque todos nuestros actos y pensamientos tienen definiciones energéticas que de alguna manera nos ayudarán o perjudicarán en nuestra vida.
Cuando una emoción negativa nos llega y quiere dominarnos es porque hemos olvidado escuchar a nuestro corazón, porque ningún sentimiento es negativo y nunca sentiremos de corazón golpear o dañar a alguien.
Si tenemos coraje contra alguna persona no viene de nuestro ser interno, sino de nuestra personalidad consciente. Mientras dormimos, en esa esencia astral no tenemos resentimientos contra nadie porque somos seres puros y esa perfección no siente coraje por nada. El que guarda todo es nuestra forma física, la mente.
El alivio del desahogo
Es cierto que debemos tener mucho cuidado con no decir cosas negativas o con sentirlas. Pero que es peor cuando tratamos de guardarlas porque son energías bajas que se reflejarán en nuestra energía como una larva.
Es mejor sacar lo que sintamos de una forma calmada y tratando de controlar en todo momento lo que decimos o hacemos, pidiendo en todo momento la ayuda de los cuatro elementos. A ellos les podemos expresar que queremos hablar con alguien, que nos guíen para comunicarnos sin sacar nada en contra de quienes sentimos que son culpables de nuestro coraje.
Lo mejor es trabajar para que nuestros pensamientos negativos disminuyan cada día, que nuestras manifestaciones de amor, de cariño y de respeto hacia los demás sean más, que sus opuestos.
Contrarrestando la negatividad
Cuando sintamos un gran coraje y pensemos que no lo podemos evitar, al menos tratemos de no manifestar el grado de enojo que sentimos.
Pero si no nos aguantamos lo suficiente y ya dijimos o hicimos algo negativo, entonces lo mejor es hablar con nuestro ángel, con nuestro corazón o lo que sintamos más sagrado en nosotros y pedirle perdón, o lo que sintamos expresar, por la energía tan pesada que sacamos.
Después, busquemos contrarrestar la energía negativa con algo que iguale lo que hicimos. Por ejemplo, dando una disculpa a quien hicimos daño. O, si no se puede con la misma persona, entonces externar o hacer algo positivo y ofrecerlo:
"Esto lo ofrezco de corazón y con todo mi amor para que contrarreste lo malo que hice".
Inmediatamente estaremos programando esas palabras para que sigan a esa mala energía y la borren o la transformen en algo positivo.
Algo más que podemos hacer cuando sintamos que el coraje nos va ganando, es recordar todo lo malo que está pasando en el mundo y tomar consciencia de que con nuestro enojo le vamos a añadir algo más.
Los cuatro elementos como aliados
Hay algunas personas que sienten que pueden liberar su enojo golpeando algo, como una almohada o la pared, y que así se desahogan sin dañar a nadie, pero no es así.
Cualquier cosa que saquemos de ira o coraje afecta porque no podemos controlar esa energía y se va. Ese coraje que sacamos en forma de golpe, por ejemplo, se convierte en una creación nuestra que se acumulará junto con todas las energías negativas que otras personas hayan generado.
La mejor forma de calmarnos cuando traemos dentro un coraje o frustración es sacarlo por medio de los cuatro elementos (agua, tierra, fuego, aire):
- Primero, tomamos uno de los cuatro elementos, el que sintamos o tengamos a la mano, por ejemplo, al agua.
- Abrimos la llave y mojamos las manos sintiendo su energía. Les hablamos a los seres que la conforman diciéndoles lo que sintamos, por ejemplo: "Siento esta emoción negativa, te pido que me ayudes a sacar toda esa energía para no hacer daño a nadie...".
- En ese momento los elementales del agua actuarán en nuestro cuerpo, entrando en él para transformar lo negativo en positivo. Y lo mismo pasará al usar los otros elementos.
Al usar la energía de los cuatro elementos durante un rato, lo primero que sucederá es que nuestra energía se tranquilizará. Cuando nos enojamos, nuestra energía tiembla y hasta lo podemos notar en nuestro cuerpo físico. Pero gracias a la acción de los elementales, nuestra energía se equilibrará, y nuestro cuerpo físico y la mente se irán calmando.
Este proceso toma un rato, pero es muy hermoso porque es una forma de sacar cualquier emoción negativa que tengamos, sin contaminar el ambiente.